EN LA HOMILÍA DE LA MISA DEL DOMINGO, el Papa dijo: "Podemos decir que Albania ha sido una tierra de mártires: muchos obispos, sacerdotes, religiosos, fieles laicos y representantes de otras religiones pagaron con la vida su fidelidad. No faltaron pruebas de gran valor y coherencia en la confesión de la fe. ¡Fueron muchos los cristianos que no se doblegaron ante la amenaza, sino que se mantuvieron sin vacilación en el camino emprendido!”.
El Papa reconoció el testimonio de estos mártires y agradeció al pueblo de Albania su perseverancia en la fe, pese a las amenazas y a la violencia.