Al concluir el retiro espiritual que ha reunido en casa Santa Marta a los dos adversarios políticos de Sudán del Sur, el Papa Francisco tuvo un gesto imprevisto. Profundamente emocionado y triste se agachó para besar los pies de los líderes que han llevado al país a la cruel guerra civil, para implorarles de rodillas que consigan la paz para el país. Francisco les pidió “de corazón y con sus sentimientos más profundos” que mantengan la paz.
Recientemente se ha firmado un armisticio y a partir del mes de mayo se creará un gobierno de transición en el que ambos participarán.