El Papa Francisco fue a la basílica de San Pedro para rezar ante las reliquias de San Pio de Pietrelcina y San Leopoldo Mandic.
Apareció sin previo aviso, para sorpresa de los cientos de peregrinos que había en la basílica.
Al llegar, se detuvo en pie delante de ambos santos. Después se sentó junto a algunas religiosas y frailes y se unió al rezo del Rosario como un peregrino más.
Las reliquias permanecerán en el Vaticano hasta el 11 de febrero.