Brasil es el séptimo país más violento del mundo. En 2012 hubo 154 asesinatos cada día. Corazón carioca, el cardenal Orani Joao Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro dice que su debilidad es el pueblo y asegura que la misión de la Iglesia es simple y clara: unir y dar esperanza a este pueblo que sufre.