El 29 de julio de 2013 fue secuestrado en Raqqa, el padre Paolo Dall'Oglio, jesuita, en la ciudad siria que se ha convertido en la capital del sanguinario Estado Islámico.
Intentaba mediar en una negociación para liberar a unos rehenes cuando él mismo fue secuestrado.
En su llamamiento, el Papa también recordó a los obispos ortodoxos Bulos Yaziji y Gregorios Ibrahim desaparecidos en abril de 2013 y pidió a las autoridades que actúen.
El domingo pidió además la liberación de todos los secuestrados en las guerras. En Siria hay varios religiosos desaparecidos de los que poco o nada se sabe como el padre Jacques Mourad o el sacerdote Antoine Boutros, último caso de secuestro confirmado.