La pequeña placa de apenas 9 centímetros cuadrados es un recuerdo para aquellos que completan el Jubileo de la Misericordia, pero su historia se remonta a la Edad Media.
"Era una medallita, una plaquita, que los canónigos de San Pedro daban a los peregrinos cuando llegaban a Roma en los siglos XI y XII. Era una prueba de que habían hecho la peregrinación a Roma. Así los peregrinos la llevaban a sus países de orígen para demostrar que habían cumplido el viaje”.
Se difundió en Roma durante el pontificado de Inocencio III. Así se identificaba rápidamente a los peregrinos, como ya pasaba con los que iban a las otras ciudades santas, Compostela y Jerusalen.