Los obispos de la Iglesia Caldea que participaron en el Sínodo expresaron al Papa sin rodeos la difícil situación en la que se encuentra su población en Oriente Medio.
El papa Francisco reconoció estar gravemente preocupado por las persecuciones, que por desgracia, señaló, son inumerables y desde el Vaticano quiso volver a enviar un mensaje de apoyo a las poblaciones más afectadas de Siria e Irak.