El Estado Islámico ha mostrado al mundo que es una de las organizaciones terroristas más sangrientas que jamás ha existido, especialmente con los cristianos y las minorías religiosas en Siria e Irak.
El Papa Francisco ha calificado estos actos como genocidio.
La Historia ha demostrado que cuando la comunidad internacional acuerda llamar "genocidio” a unos actos violentos es capaz de actuar más rápidamente para detenerlos. Si no es así, la violencia puede durar años hasta que llegue la hora de tomar medidas.