Los primeros santos del Perú podrían ser dos misioneros polacos. Fueron asesinados a punta de pistola el 9 de agosto de 1991.
Llevaban apenas un año en el país, junto con su compañero Jarosaw, el único que se salvó de la muerte porque en esos momentos se encontraba de vuelta en Polonia, justo cuando Juan Pablo II se encontraba allí de viaje.