Ha sido una dura Navidad para estos cristianos iraquíes aterrorizados por el Estado Islámico. Lejos de casa, con poca comida y agua, se las arreglaron para celebrar la fiesta con una comida improvisada.
Pueden considerarse afortunados, porque otros no han podido celebrar nada. Muchas mujeres lograron huir del Estado Islámico, pero los terroristas capturaron a sus hijas.
Bajo amenazas de muerte o de secuestros, más de 1.800.000 de cristianos y yazidíes han abandonado sus casas desde el mes de junio.