La guerra en Siria ha llegado a un punto muerto y el Estado Islámico sigue controlando un vasto territorio.
Sin embargo, desde Estados Unidos, el responsable para la libertad religiosa en el mundo señala que la situación es delicada, que no es sencillo encontrar una buena solución a corto plazo y pide paciencia.
Mientras tanto, los cristianos y otras minorías perseguidas, pasan sus días en campos de refugiados o realizando un peligroso viaje para huir de la guerra. En la actualidad se estima que más de 200 millones de cristianos sufren por su fe.