El Sínodo está tratando de hacer una fotografía del matrimonio y de la familia alrededor del mundo. Una imagen que no es fija puesto que la situación cambia rápidamente y los desafíos y problemas que se presentan también se transforman.
Parte de ese cambio cultural es el descenso del número de matrimonios, tanto civiles como eclesiásticos, y también la baja tasa de natalidad. Son realidades que la asamblea sinodal tiene sobre la mesa. Por eso, el desafío es alcanzar estas realidades familiares y partir de lo positivo que tienen.