Durante todo julio el Papa ha cancelado todos sus encuentros públicos pero para este grupo de 200 peregrinos pobres y enfermos abrió las puertas del Vaticano de par en par.
Vienen de Francia y pertenecen al Movimiento Cuarto Mundo, fundado por el sacerdote Joseph Wresinski en 1957.
Francisco escuchó los testimonios de algunos de ellos y después les dijo que están en el corazón de la Iglesia y que son su tesoro.