El mundo de hoy, señaló el Papa durante la Misa de Pentecostés, vive en la orfandad. Dijo que la pretensión de vivir sin Dios deja una profunda nostalgia en el hombre del siglo XXI. Un hombre que no conoce a Dios, su padre, y que además, no sabe cómo dirigirse a él porque no tiene quien le enseñe a rezar. Hoy, dijo Francisco, hay un gran analfabetismo espiritual...