El Papa Francisco invita a cortar de raíz con el principal problema de las familias, que es el rencor y la dificultad de perdonar. Dice que con frecuencia las ofensas son inevitables, pero que siempre se puede pedir disculpas.
La estrategia del papa Francisco no se limita a pedir disculpas dentro de la propia casa, sino a crear una cultura del perdón.