Cuando Juan Pablo II llegó a Cuba tenía 78 años, la misma edad que el Papa Francisco. Juan Pablo II visitó cuatro provincias de la isla y tuvo doce discursos.
"Yo no soy contrario a los aplausos, porque cuando aplauden el Papa puede un poco reposar”.
Como recuerdo del viaje, Fidel Castro aceptó una petición de Juan Pablo II: que el 25 de diciembre fuera día de fiesta en la isla. Un regalo que sigue en pie y que gustó mucho a los cubanos.