Vienen de África, Asia y Latinoamérica. Sufren las terribles consecuencias de la explotación de los recursos naturales de su país, desde diamantes hasta el agua, y denuncian que las industrias mineras les estén exprimiendo hasta la última gota.
Han acudido a Roma para participar a un congreso organizado por el Vaticano del 17 al 19 de julio.