Cada año, el Papa convoca a todos los embajadores acreditados ante el Vaticano para felicitarles el año nuevo. Y aprovecha para tener un importante discurso en el que repasa la situación mundial.
Este año se ha centrado en la emigración ilegal. Al Papa le preocupa la indiferencia global ante la situación de miles de personas que están escapando de la guerra, el hambre o la persecución...