Con estas nuevas normas que ha aprobado el Papa Francisco, la Santa Sede vigilará para que los gastos del proceso de canonización sean razonables y no impidan su avance.
El mayor gasto suele ser el trabajo del postulador, que es el abogado encargado de seguir la causa; pero también cuestan los peritos o la impresión y encuadernación de las actas del proceso.
Ahora costará un poco menos porque la Santa Sede sostendrá los costes de la fase romana del proceso y asegurará que funcione con eficacia el fondo para quienes no pueden asumir los gastos ordinarios.