El papa Francisco se despidió de África con una multitudinaria y rítmica misa en la fiesta de San Andrés, en el estadio Barthélémy Boganda de Bangui, bajo más de 30 grados de temperatura.
El Papa pidió que ante las dificultades no perdieran la fe en Dios y la esperanza en la vida eterna.
La fe, explicó es una realidad que transforma la vida y el mundo. El que se abre a Cristo, dijo, obtiene la capacidad de amar al prójimo de un modo nuevo.
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