El papa Francisco presidió la Misa del miércoles de ceniza en la basílica de San Pedro. Este año el Papa ha enviado unos 700 Misioneros de la Misericordia a los que pidió que vayan por el mundo ayudando a las personas a que abran las puertas de su corazón y para extender la misericordia de Dios en este año jubilar.
Habló de las tres medicinas que permiten vivir bien la Cuaresma y curan el pecado: la oración, la caridad y el ayuno, que hace a las personas ser más sensibles y misericordiosas.