En su ángelus del domingo, el Papa reflexionó sobre la pregunta que Jesús hace a sus discípulos: “¿Puede un ciego guiar a otro ciego?” Recordó que quien tiene a su cargo a otras personas debe tener sabiduría para guiarlos, pues de lo contrario, corre el riesgo de hacerles daño.
Finalmente, el Papa advirtió una vez más del daño que provocan los chismes. Dijo que son cómplices de los grandes problemas de la humanidad y también señaló que es fácil ver y criticar los defectos de los demás en vez de los propios; y que por eso es importante corregirse a uno mismo en lo mismo que se critica.