En el pasado mes de noviembre este matrimonio cristiano fue arrojado al horno de la fábrica de ladrillos donde trabajaban. Se les acusó de blasfemia y fueron ejecutados sin pruebas.
Muchos cristianos en Pakistán, además de pertenecer a una minoría discriminada, viven como esclavos. Para pagar sus casas trabajan en los hornos de las fábricas de ladrillos bajo pésimas condiciones laborales.
"La legislación que se introdujo en los 90 prohibía esta práctica pero ni el gobierno ni las autoridades locales respetan esta ley porque en realidad todos están implicados”.