Este domingo entró en vigor el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía para expulsar a todos los refugiados que lleguen a partir de ahora a las costas europeas.
En estos días, el Papa ha sido prácticamente el único líder mundial que lo ha cuestionado. Habló en varias ocasiones en contra de esta directiva por la que Europa devolverá a Turquía a miles de solicitantes de asilo que esperan en lugares tan insalubres como Idomeni, en Grecia.
Europa se había comprometido a acoger a unas 160.000 personas. Tan solo 937 de estos refugiados han sido ayudados a empezar de cero en un nuevo hogar.