El Domingo de Ramos se celebra la primera gran misa de la Semana Santa y recuerda la llegada de Jesús a Jerusalén, cuando fue recibido con ramos de olivo. El Papa pidió a los católicos que revivan estos acontecimientos en clave personal.
El Papa recordó las humillaciones físicas y morales que sufrió Jesús en aquellas horas antes de que lo crucificaran. Lamentó que también hoy naciones de inspiración cristiana en Europa estén humillando a muchos refugiados.