La filtración más delicada es una grabación de una reunión privada del Papa con los revisores contables de la Santa Sede.
Aunque el Papa no sale mal parado, esta filtración es una traición en toda regla a su confianza.
Lo más grave de esta publicación es el desconcierto y la desconfianza que provocará entre los empleados vaticanos, y que sin duda no contribuirá a acelerar la reforma cultural que propone el papa Francisco.