Dicen que Jesús subió y bajó por la Scala Santa de Roma antes y después de encontrarse con Poncio Pilato. Por eso, cada año, miles de católicos los suben de rodillas, como un signo de devoción y penitencia.
Ya están en marcha los trabajos para restaurarla.
No sólo los peregrinos han pasado por la Scala Santa. Varios Papas la han subido de rodillas, como Pío IX, allá por 1853.