Como él mismo decidió, el 28 de febrero de 2013 fue el último día del pontificado del Papa Benedicto XVI.
Cuando el reloj de Castel Gandolfo dio las 8 de la tarde, comenzaba oficialmente el periodo de Sede Vacante.
Se cerró el portón del Palacio Apostólico. La Guardia Suiza dejó de custodiarlo porque ya no había Papa y pasó al servicio del Colegio de cardenales.
Muchos no podían contener la emoción. Acababa de concluir el Pontificado de un Papa sabio, tímido y sencillo, sucesor de Pedro durante 7 años, 10 meses y 9 días.