El Papa mantuvo un encuentro con los obispos de Japón de visita ad limina en Roma.
Francisco les entregó un discurso por escrito en el que recuerda que la fe en Japón es herencia de misioneros como San Francisco Javier; y de los "cristianos ocultos”, que permanecieron en la fe cuando se expulsó a los sacerdotes y misioneros de Japón.
El Papa les pidió que sigan el ejemplo de estos cristianos perseguidos que tuvieron fe pese a las dificultades.
También les recordó que los japoneses agradecen la labor de la Iglesia, fundamental en situaciones como el tsunami que arrasó Japón hace cuatro años.