El papa Francisco se dirigió en español a quienes participaron en su misa matutina en Casa Santa Marta. Dijo que Dios no envió a Cristo al mundo porque sintiera lástima por los hombres sino por algo mucho mayor: porque los ama.
El Papa explicó que Dios no se limita a curarnos de nuestras enfermedades sino que se compromete a mucho más: a entrar en los corazones de los hombres y liberarles del pecado.
EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)
"Es interesante que en la parábola, que todos conocemos del hijo pródigo, se dice que cuando el padre – que es la figura de Dios que perdona – ve venir a su hijo se compadeció. La compasión de Dios no es tener lástima, no tiene nada que ver una cosa con la otra”.
"Jesús curaba a la gente pero no era un curandero. Curaba a la gente como signo, además de curarla en serio, pero como signo de esa compasión de Dios, para salvar. Para volver a poner en su sitio. A la oveja perdida, en el corral… la moneda perdida, para aquella señora, en el monedero...”.
"Y esto es lo que hace un cura: conmoverse, comprometerse con la vida de la gente. Porque un cura es sacerdote como Jesús es sacerdote. ¡Cuántas veces después nos tuvimos que ir a confesar! Pero ¡cuántas veces criticamos a los curas que no les interesa lo que les pasa que a sus feligreses, que no se preocupan. No, no es un buen cura, decimos. Un buen cura es el que se mete”.