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- Conoce la iglesia más grande del mundo

Es una iglesia más grande que el Vaticano. Se encuentra en pleno África. Es la basílica de Nôtre-Dame de la Paix. Se sitúa en la pequeña ciudad de Yamusukro, en el centro de Costa de Marfil. Su enorme tamaño y su diseño le hacen parecerse enormemente a San Pedro. Todo aquel turista o peregrino que se acerque a visitarla queda maravillado por su arquitectura y grandiosidad.
Se colocó la primera piedra el 2 de febrero de 1986 y fue depositada por el entonces presidente del país, Félix ­Houphouët-Boigny, y ya bendecida por el Papa Juan Pablo II en agosto de 1985. Los arquitectos y los 1.500 obreros africanos se pondrían manos a la obra cinco meses después y, desde entonces, solo serían necesarios tres años para terminarla.

Antes de entrar en la basílica lo que llama la atención son sus enormes jardines. Son simétricos, de estilo francés y están inspirados en los de Versalles, con dos diferencias: los de la basílica son más pequeños y no tienen fuentes. Al mismo tiempo, también atrae la mirada su cúpula, que se levanta a una altura de 158 metros, superando a la de San Pedro del Vaticano en 21 metros, y haciendo de esta basílica la más alta del mundo. Pero no solo eso, Nôtre-Dame de la Paix de Yamusukro es, además, la construcción religiosa católica más grande del mundo y posee la superficie más grande de vidrieras del planeta.

Esta basílica debe su existencia a Félix Houphouët-Boigny. Padre de la independencia de Costa de Marfil y su presidente desde 1960 hasta su muerte en diciembre de 1993, quiso expresar con esta obra religiosa y arquitectónica “su fe y dar gracias a Dios en nombre de Costa de Marfil, considerada durante mucho tiempo un refugio de paz.
Y es que, a pesar de que este país de África occidental ha vivido desde 2002 a 2011 una larga crisis política, el tiempo en que Houphouët-Boigny fue presidente se recuerda no solo próspero económicamente, sino pacífico gracias a su habilidad para el diálogo, así como su hospitalidad hacia todas las personas de los países vecinos que migraban a Costa de Marfil en busca de una oportunidad de mejorar su vida.

Ingeniería ingeniosa
La forma en que se construyó la basílica tiene detalles verdade­ramente curiosos. Entre ellos se encuentra el ingenioso sistema de drenaje del agua de lluvia, por el cual esta se recoge y se encamina por conductos colocados en el interior de los pilares y permite abrir y cerrar las puertas de la basílica, que pesan dos toneladas.

Por otro lado, están los 7.000 asientos fijos de madera, acolchados con una tela roja y aterciopelada que tienen, además, unas almohadillas creadas no solo para decorar, sino también con la práctica utilidad de reducir el eco en el interior del templo. A pesar de tener esa cantidad de asientos, la basílica puede llegar a acoger a 18.000 fieles, instalando 11.000 sillas móviles más.
La basílica está llena de simbología. Desde las cuatro columnas que rodean la capilla central y representan los cuatro evangelistas, o las 12 columnas exteriores y las 12 vidrieras en la primera planta, que representan los 12 apóstoles –están escritos los nombres de cada uno–, pasando por la representación del Espíritu Santo en el centro de la cúpula.

La paz que se respira en esta basílica, los infinitos detalles de sus vidrieras, o la belleza que inspira en su conjunto invitan a quedarse allí durante horas y a volver en reiteradas ocasiones. Vidrieras que representan el nacimiento de Cristo, la Virgen María, la entrada de Jesús en Jerusalén o la Ascensión, entre otros.

Curiosidades de la basílica
Compuesta por cuatro capillas, la principal se ve de frente, al entrar, y otras dos más pequeñas se encuentran justo detrás. La cuarta, ubicada en el subsuelo, está dedicada al Santísimo Sacramento. En la actualidad son cuatro los sacerdotes que conforman el equipo pastoral de la basílica, dos polacos y dos marfileños.

La basílica también tiene anécdotas como la de la estatua de la Virgen que puede encontrarse en el lateral izquierdo de la capilla central. Un detalle: si te acercas parece triste y es que, según cuenta el guía, “el mensaje no es que no quiera acogerte, sino que sabe que vas a hablar con ella sobre tus problemas y está triste, al igual que tú. Sin embargo, cuando te alejas unos tres metros, la imagen sonríe porque te marchas satisfecho”.

Esta estatua fue esculpida a principios de los 90 por un prisionero de la ciudad de Bouaké. Según cuentan, se trataba de un musulmán que estando en la cárcel tuvo una revelación y se convirtió al cristianismo.

Otra anécdota viene de la mano de la vidriera más polémica de la basílica. En ella se encuentran, bajo un cocotero, varias personas postradas en el suelo a los pies de Jesucristo. Son muchos los que dicen que una de esas personas se parece a Houphouët-Boigny y que este habría osado incluirse entre los 12 apóstoles en esa vidriera.

Sin embargo, según narra el guía, no se trata de los apóstoles, sino de una escena en agradecimiento a todas las personas que formaron parte de la construcción, entre las que se incluye al presidente y, a su lado, el arquitecto Pierre Fakhoury, así como a los vidrieros y al resto de trabajadores.

Asimismo, el hecho de que estén bajo un cocotero hace referencia al terreno que ocupa hoy la basílica, que fue en su momento un terreno donde proliferaba este árbol. Por otro lado, en las pequeñas hojas dibujadas que bordean la escena se pueden encontrar también los nombres de todo el equipo que formó parte del proyecto.

 

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