En la primera parte de su testimonio, Jesús García nos contó cómo había encontrado a Dios o, mejor dicho, cómo Dios le había buscado a él. Esta semana nos explica cómo conoció a la Madre de Dios como madre suya, a través de las apariciones de Medjugorje. María, la madre buena que nunca abandona a sus hijos, le ha llevado a ser un católico convencido, cuya meta es ayudar a otros a acercarse a Dios. Ahora dedica su tiempo y sus energías al servicio del Reino de Dios.