Beatriz Fra era una joven católica «de toda la vida», de misa dominical, formación, actividades diocesanas… La típica chica buena, pero atraída por el mundo, por la vanidad y metida en un ambiente que le empujaba a vivir en pecado mortal. Un «golpe de realidad» y una búsqueda sincera de Dios la llevaron a vivir la fe como algo suyo y a desear la santidad. Toda su historia aquí, en «Cambio de Agujas».