Demos gracias a Dios por la Cuaresma, porque nos da otra oportunidad para cambiar nuestras actitudes erróneas, reflexionar y pedirle perdón de corazón por nuestros pecados.
Vivamos a plenitud los mandamientos de Dios, y su divina Voluntad.
luchemos por ser felices y hacer felices a todas las personas que están a nuestro alrededor.