Al Papa Francisco le conmovió en su viaje a Cuba, el testimonio de la religiosa que contó cómo le costó que la destinaran a un centro de impedidos físicos y mentales.
PAPA FRANCISCO:
"Lloraste porque eras joven. Pensaste que en un colegio podías hacer más cosas, que podrías organizar futuros para la juventud. Y te mandaron ahí, casa de misericordia. Acariciando a quienes el mundo descarta, a quienes el mundo desprecia, a quienes el mundo prefiere que no estén”.
El Papa le agradeció a ella y a todos los religiosos el trabajo que realizan con las personas que el mundo considera "material de descarte” pero que son tan preciosas a ojos de Dios.
PAPA FRANCISCO
"Pero qué linda es para Dios y que bien que hace a uno, por ejemplo, la sonrisa de un espástico que no sabe cómo hacerla, o cuando te quieren besar y te babosean en la cara. Esa es la ternura de Dios”.