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20 de diciembre: Santo Domingo de Silos

Santo Domingo de Silos - 20 de diciembre
Hizo refulgir en numerosas vías el carisma legado por su fundador, san Benito.
El inicio del siglo XI trajo a este mundo a otro de los grandes monjes que ha habido en la Iglesia. Une a su nombre una de las abadías más reconocidas no solo en España sino en el resto del mundo: la de Silos.
Ejemplar en su vivencia del carisma benedictino, Domingo fue designado «maestro de jóvenes», y las nacientes vocaciones tuvieron en él un testimonio vivo del amor a Cristo y a su Iglesia. Ejercitó la prudencia, la caridad, la humildad y obediencia, entre otras virtudes, que suscitaron la estima de la mayoría de sus hermanos. Otros –los menos– le envidiaban y efectuaban comentarios maliciosos que ponían en duda su virtud; restaban valor a su obediencia juzgando que estaba condicionada por los honores y reconocimientos que recibía.
El abad le envió a Santa María de Cañas en calidad de prior. Y Domingo convirtió aquel lugar ruinoso y desamparado en un admirable monasterio, que fue rentable desde el punto de vista económico y cultural, así como de incuestionable riqueza espiritual; trajo consigo numerosas vocaciones. Una trama de ambiciones e intereses, en la que se mezcló la debilidad de un nuevo abad, don García, plegado a las exigencias del monarca, hizo que este monasterio se encaminase a la deriva. Domingo defendió con brío su religioso feudo, y ello supuso su destierro, pero no venció su espíritu. «Puedes matar el cuerpo y a la carne hacer sufrir, pero sobre el alma no tienes ningún poder. El Evangelio me lo ha dicho, y a él debo creer que solo al que al infierno puede echar el alma, a ese debo temer», respondió al rey de Navarra.
En 1041 el rey don Fernando le concedió retirarse a una ermita. Cerca estaba el monasterio de San Sebastián de Silos, que se hallaba prácticamente abandonado. La restauración que hizo Domingo, a petición del monarca que se lo confió con la anuencia del Cid Campeador, fue excepcional. De este lugar que iba a quedar vinculado a su nombre, fue nombrado abad. Cuidó de sus hermanos con exquisita caridad en sus necesidades espirituales y materiales, atendiendo también las carencias de las gentes del entorno.
En 1056 inició las obras de restauración del que sería uno de los máximos exponentes del románico castellano, y simultáneamente impulsó la biblioteca, creó una escuela monástica y otra de miniaturistas y copistas, tuteló la liturgia, etc. Confirió al monasterio un esplendor que aún perdura, y todo en medio de muchas pruebas ante las que actuó con serenidad, prudencia y templanza, confiando siempre en Dios. A su paso brotaban las vocaciones. Fue un gran embajador y amigo de reyes. Recibió, entre otros, los dones de profecía y milagros. Murió el 20 de diciembre de 1073. Fue canonizado en 1234 por Gregorio IX.

-Otros santos del 20 de diciembre:

San Amón
San Báyulo
San Ceferino papa
San Eugenio sacerdote y mártir
San Filogonio
Santa Ilduara
Santa Ingenes
San Julio mártir
San Liberado
San Macario sacerdote y mártir
San Teófilo soldado y mártir
San Tolomeo
San Ursicino
San Zenón soldado y mártir
Beato Miguel Piaszczynski
Beato Vicente Romano

 

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