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Audiencia a los familiares de las víctimas del atentado de Niza

Sábado 24 de septiembre
El papa Francisco recibe en audiencia a los familiares de las víctimas del atentado de Niza del 14 de julio pasado.
El sumo pontífice saluda en una audiencia privada en el Vaticano a los supervivientes, a los familiares de las víctimas y al alcalde de Niza, Philipe Pradal. La transmisión en directo es en el Aula Pablo VI.
Asiste también el presidente de la región Provenza, Alpes y Costa Azul, Christian Estrosi; el obispo de Niza, André Marceau y representantes de la asociación del diálogo interreligioso "Alpes Maritimes Fraternitè”.
El encuentro ha sido costeado entre "Amitié France-Italie” y el Vaticano.

--- Texto completo de las palabras del Papa:

«Queridos hermanos y hermanas

Con viva conmoción los encuentro a ustedes, que sufren en el cuerpo y en el alma porque, una tarde de fiesta, la violencia los golpeó ciegamente, a ustedes o a uno de sus seres queridos, sin tener en cuenta su origen o su religión. Deseo compartir su dolor, un dolor que se vuelve aún más fuerte cuando pienso en los niños, e incluso familias enteras, cuyas vidas fueron arrebatadas de repente y de forma tan dramática. A cada uno de ustedes les aseguro mi compasión, mi cercanía y mi oración.

Queridas familias, invoco al Padre celeste, Padre de todos, para que acoja consigo a sus queridos difuntos, para que encuentren pronto el descanso y la alegría de la vida eterna. Para nosotros los cristianos, el fundamento de la esperanza es Jesucristo muerto y resucitado. El Apóstol Pablo nos lo asegura: «Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él. Sabemos que Cristo, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre él». (Rm 6, 8-9). Pueda la certeza de la vida eterna, que pertenece también a los creyentes de otras religiones, ser su consolación en el curso de la vida y constituir un fuerte motivo de perseverancia para proseguir con valentía vuestro camino acá en la tierra.

Le ruego al Dios de misericordia también por todas las personas que resultaron heridas, y en algunos casos atrozmente mutiladas, en el cuerpo y en el espíritu, y no olvido a todos aquellos que por ese motivo no han podido venir o están aún en el hospital. La Iglesia permanece a vuestro lado y los acompaña con inmensa compasión. Su presencia a su lado en estos momentos tan duros, le pide al Señor que salga a su encuentro y los ayude, poniendo en vuestros corazones sentimientos de paz y de fraternidad. El drama que conoció la ciudad de Niza ha suscitado por doquier significativos gestos de solidaridad y acompañamiento».

En este contexto, el Papa agradeció a todas las personas que de inmediato socorrieron a las víctimas, y a las que aún hoy, prosiguiendo también por largo tiempo, se dedican a sostener y a acompañar a las familias.

Además de la Comunidad católica y su Obispo, Mons. André Marceau, el Santo Padre se refirió también a los servicios de asistencia y asociaciones, en especial a Alpes-Maritimes Fraternité, que estaba presente en el encuentro, cuyos miembros pertenecen a distintas confesiones religiosas: «signo muy bello de esperanza», destacó el Obispo de Roma, haciendo hincapié en la urgencia de impulsar el diálogo interreligioso y recordando el mensaje cristiano:

«Me complace ver que entre ustedes las relaciones interreligiosas son muy vivas, y ello contribuye a aliviar las heridas de estos dramáticos sucesos. En efecto establecer un diálogo sincero y relaciones fraternas entre todos, en particular entre cuantos confiesan un Dios único y misericordioso, es una prioridad urgente que los responsables tanto políticos como religiosos, deben intentar favorecer y que cada uno está llamado a cumplir en su alrededor. Cuando la tentación de ensimismarse, o de responder al odio con el odio y a la violencia con la violencia es grande, una auténtica conversión del corazón es necesaria. Éste es el mensaje que el Evangelio de Jesús dirige a todos nosotros. Se puede responder a los asaltos del demonio sólo con las obras de Dios que son perdón, amor y respeto del prójimo, aunque sea diferente.

Queridos hermanos y hermanas, les aseguro una vez más mi oración toda la ternura del Sucesor de Pedro. Rezo por su querido país y sus responsables, para que se construya infatigablemente una sociedad justa pacífica y fraterna. Como signo de mi cercanía, invoco sobre cada uno de ustedes la ayuda de la Virgen María y la abundancia de las bendiciones celestes».

(CdM – RV)

(from Vatican Radio)

 

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