Domingo 22 de octubre de 2017
A las 12 (hora local de Roma) el papa Francisco hizo una breve reflexión del evangelio de hoy domingo XXIX del tiempo ordinario, a continuación rezó la oración mariana del ángelus con los peregrinos presentes en la plaza de san Pedro.
-TEXTO COMPLETO DE LAS PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO:

Queridos hermanos y hermanas: ¡buenos días!
El Evangelio de este domingo (Mt 22,15-21) nos presenta una nueva cara a cara entre Jesús y sus oponentes. El tema es el de los impuestos al César. Una pregunta comprometida, el tributo al César sobre la legalidad o no de pagar el impuesto al emperador de Roma, a la que Palestina estaba sujeta en tiempo de Jesús. Las posiciones eran diferentes. Por lo tanto, la cuestión planteada por los fariseos: "¿Es lícito o no pagar?" (V. 17) constituye una trampa para el Maestro. De hecho, según cómo respondiera, sería acusado de ser o estar a favor o en contra de Roma.

Pero Jesús, de nuevo, con calma responde y se aprovecha de la aplicación maliciosa para dar una lección importante, por encima de la controversia y los lados opuestos. Dice a los fariseos: "Muéstrame la moneda del tributo". Le presentan una moneda, y Jesús, mirando la moneda, pregunta: "¿De quién es esta imagen y la inscripción?" Los fariseos responden: "Del César". Entonces Jesús concluye: "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" (cf. vv 19-21.). Por un lado, confirmando dar al emperador lo que le pertenece, Jesús declara que el pago de la cuota no es un acto de idolatría, sino un deber terrenal a la autoridad; por el otro - y aquí es donde Jesús da el "ala de pájaro" - en referencia a la primacía de Dios, pide darle lo que se merece como Señor de la vida humana y de la historia.

La referencia a la imagen de César, grabada en la moneda, dice que es correcto sentirse plenamente -con derechos y deberes- ciudadanos del estado; pero simbólicamente sugiere otra imagen que se imprime en cada hombre: la imagen de Dios es el Señor de todos, y nosotros, que hemos sido creados "a su imagen" pertenecemos en primer lugar a él Jesús. Jesús obtiene de los fariseos, una pregunta más radical y vital para cada uno de nosotros, una pregunta que podemos hacernos: ¿a quién pertenezco? A la familia, a la ciudad, a los amigos, a la escuela, a el trabajo, a la política, a el estado? Sí, por supuesto. Pero antes que nada, nos recuerda Jesús, que yo pertenezco a Dios. Esta es la membresía fundamental. Él te ha dado todo lo que eres y lo que tienes. Así nuestra vida, día a día, que puede y debe vivir en el reconocimiento de esta nuestra pertenencia fundamental y reconocimiento del corazón a nuestro Padre, que nos ha creado de forma individual, irrepetible, pero siempre de acuerdo a la imagen de su amado Hijo, Jesús. Es un maravilloso misterio.

El cristiano está llamado a comprometerse concretamente en las realidades humanas y sociales sin oponerse a "Dios" y al "César"; oponerse a Dios y al César sería una actitud fundamentalista. El cristiano está llamado a participar activamente en la realidad terrenal, pero alumbrando con la luz que viene de Dios. La confianza prioridad en Dios y la esperanza en él no debe implicar un escape de la realidad, sino más bien darle a Dios lo que le pertenece . Es por esto que el creyente mira hacia el futuro la realidad, la de Dios, a vivir la vida en la tierra al máximo y responder con valentía a sus desafíos.

Que la Virgen María nos ayude a vivir siempre en conformidad a la imagen de Dios en nosotros, en el interior, incluso haciendo nuestra contribución a la construcción de la ciudad terrena.

 

Palabras del Papa después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas:

Ayer, en Barcelona, ​​que fueron beatificados Mateo Casals, Teófilo Casajús, Fernando Saperas y 106 compañeros mártires pertenecientes a la congregación religiosa de los claretianos y asesinados por odio a la fe durante la Guerra Civil española. Su ejemplo heroico y su intercesión son apoyados por cristianos que, incluso en nuestros días -y muchos- en diferentes partes del mundo sufren discriminación y persecución.

Hoy se celebra el Día Mundial de las Misiones, con el tema "La Misión al Corazón de la Iglesia". Insto a todos a vivir la alegría de la misión al presenciar el Evangelio en los entornos donde cada uno vive y trabaja. Al mismo tiempo, estamos llamados a apoyar con el afecto, la ayuda concreta y la oración a los misioneros que comenzaron a anunciar a Cristo a quienes todavía no lo conocen. También les recuerdo que tengo la intención de promover un Mes Misionero Extraordinario en octubre de 2019 con el fin de alimentar el ardor de la actividad evangelizadora de la Iglesia ad gentes. En el día de la memoria litúrgica de San Juan Pablo II, Papa misionero, confiamos a su intercesión la misión de la Iglesia en el mundo.

Os pido que os unáis a mi oración por la paz en el mundo. En estos días estoy siguiendo con especial atención Kenia, que visité en 2015, y por la que rezo, para que todo el país sepa cómo hacer frente a las dificultades actuales en un espíritu de diálogo constructivo, teniendo muy presente la búsqueda del bien común.

Y ahora los saludo a todos, peregrinos que vienen de Italia y de varios países. En particular, los fieles de Lusse